Cálida, neutra o fría: ¿qué luz elegir?


tipo de luz

Al pensar en cómo decoraremos algún espacio interior, una de las primeras consideraciones a tener en cuenta es qué tipo de iluminación será más apropiada para ese ambiente en particular. Como es sabido, las diferentes luces tienen un gran impacto sobre la paleta de colores que percibimos al estar situados en un lugar específico. Y estos colores, a su vez, tienen efectos indesmentibles en nuestro estado psicológico, aun cuando estos efectos sean sutiles y podamos no darnos cuenta de ellos.

 

Tipo de luz

 

Para explicar estos temas, es necesario hacer una detención un tanto técnica sobre la luz y el color. Pensemos en un cuerpo negro, es decir, en un objeto que no emita absolutamente ninguna luz. Si calentáramos este cuerpo negro, este iría emitiendo luz en diferentes tonalidades según la temperatura a la que se encuentre.

 

Las formas más habituales de medir la temperatura son los grados Celsius y los grados Fahrenheit, sin embargo al hablar de la temperatura del color lo común es utilizar la escala de Kelvin, una versión de Celsius sin cifras bajo cero. Pues bien, a medida que el cuerpo negro comienza a subir de temperatura, pasará del color negro al rojo, y entonces al amarillo. Vendrá entonces el blanco y llegará al máximo de calor emitiendo una luz celeste y luego de un profundo azul.

 

Esta es la gama de tonos que determina los rangos en los que las lámparas LED blancas dividen el tipo de luz que dan. Desde los 2800ºK a los 3500ºK se encuentran las luces cálidas, mientras que entre los 3800ºK y los 4500ºK se obtiene una luz neutra, sin matices. Desde los 5000ºK hacia arriba, hablamos de luz fría.

 

Pensando en cada espacio

 

En la decoración de interiores, se recomienda la luz cálida para conseguir un efecto acogedor en el hogar. La sala de estar, por ejemplo, o el dormitorio merecen una iluminación con tonalidades que refuercen la sensación de abrigo y tranquilidad.

 

Por otro lado, existen lugares en que es mejor una luz neutra, como frente a los espejos o en la cocina, donde es mejor observar los colores de forma más natural para tomar decisiones de vestuario, maquillaje y hasta al cocinar alimentos. Las luces frías dan un aspecto más moderno y lucen bien con los azulejos. Es por esto que se prefieren para un look más limpio y aséptico, como en los baños y las mismas cocinas.

 

Aquí es importante mencionar otro factor primordial: el climático. En zonas climáticas más calurosas, se suele privilegiar una vivienda de paredes blancas y luces frías que entreguen una sensación de frescura y alivio al calor reinante. Por su parte, en los países nórdicos son mucho más populares los interiores en que las luces cálidas hacen juego con la textura de la madera y otros elementos que refuercen la sensación de ser un refugio del crudo exterior.

 

Como queda claro, las decisiones van de la mano de lo que se intente proyectar en cada ambiente. Queda a la preferencia de cada uno decidir qué luces van mejor con el resto de la decoración interior, y también está abierta la posibilidad de innovar y jugar con diferentes combinaciones. Por ejemplo, una sala de estar con iluminación cálida de tonos ámbar perfectamente puede incluir un rincón de lectura con una luz más fría. Por último, una vez explicadas las características de cada tipo de temperatura lumínica, cabe recordar una vez más que en materia de gustos no hay nada escrito.

 


Un Comentario

Agregar un comentario

Su dirección de correo no se hará público. Los campos requeridos están marcados *